El suelo es mucho más que arcilla, limo, arena y nutrientes. Es un ecosistema en el cual conviven microorganismos (bacterias, hongos, algas), organismos vertebrados e invertebrados, los cuales interactúan entre sí y con nuestras plantas, generando diferentes tipos de relaciones, algunas positivas y otras dañinas.
Esta comunidad que coexiste en el suelo puede aportar nutrientes, generar reacciones químicas, cambios de pH, intervenir las capacidades de guardar e intercambio de cationes, influye sobre la porosidad, la acumulación del agua y el oxígeno.
Cuando hablamos de “Suelo Vivo”, significa que el ambiente de todos estos seres vivos está en un buen balance; conviviendo entre sí, generan balance y sanidad al suelo. Algo muy benéfico para que las plantas puedan optimizar su desarrollo.
Muchos microorganismos actúan como prótesis para las raíces, otros generan hormonas de crecimiento como las auxinas, existen bacterias que aumentan los niveles de mineralización de nutrientes, las lombrices se mueven generando espacios y porosidades en la zona radicular. Toda esta actividad en el suelo no existiría si no nos preocupamos del inicio, tener materia prima (materia orgánica) para el adecuado desarrollo de todos los microorganismos que habitan en el suelo.
Cuando aplicamos fuentes de carbono por medio de las muchas alternativas que están disponibles hoy para la agricultura (guanos, compost, materias orgánicas lábiles, materias orgánicas estabilizadas), ya sean de origen animal o vegetal, vemos como los suelos van cambiando, como se van floculando y estructurando. La vida en el suelo comienza a activarse, se comienzan a ver microrrizas, tricodermas, lombrices, etc.
Respecto al sistema radicular, vemos que comienzan a expandirse, crecen una gran cantidad de raicillas blancas generando un aumento de vigor en la parte aérea de la planta, aumentando el poder productivo de la planta e incrementando la calidad de su fruta.
Cuando vemos que un huerto esta decaído, creo que el punto de partida en el diagnóstico es la revisión del suelo, de las raíces y los riegos. ¿Qué está pasando debajo de la superficie? ¿Tenemos un suelo con actividad o no? En el pasado, la solución practica al momento de definir apoyar a un huerto decaído, era aplicar urea y aumentar las horas de riego. ¡Gran error…! No sirve de mucho aplicar fertilizantes, si estoy regando mal y tengo problemas radiculares.
Se estima que, en los últimos 50 años de agricultura tradicional, los suelos agrícolas del mundo han perdido aproximadamente el 50% del carbono orgánico originalmente disponible. Las actuales prácticas extractivas, que toman la mayor cantidad de recursos del medio, sin una adecuada reposición, tienen hoy a los suelos agrícolas en una situación de pérdida de materia orgánica progresiva, afectando finalmente los rendimientos de los cultivos.
La adición de materias orgánicas al suelo no resulta gratuita en términos económicos, en muchos casos el resultado no es inmediato, por lo cual muchas veces el momento de definir su uso queda postergado, entrando finalmente en un círculo vicioso en el cual los suelos terminan cada vez más degradados, desgastados, gradualmente improductivos y sin recursos para recuperarlos.
Cuidar el suelo es importante, en él está el sustento del sistema productivo y por supuesto la longevidad de los huertos. Si tengo un suelo desgastado, compactado, sin vida, le estaré brindando al huerto un pésimo hospedaje para su sistema radicular.
Debemos entender que producir alimentos, debe ser en base a una agricultura circular, sustentable, con mirada al largo plazo. El suelo es un reservorio de carbono, le tenemos que devolver lo que le quitamos y la práctica de adicionar materias orgánicas al suelo debe ser considerado en los flujos de caja y en los proyectos agrícolas como algo permanente.
Creo importante seguir investigando y aprendiendo sobre el suelo, su microbiología, sus interacciones, su sanidad y otros temas derivados. No es fácil, deberíamos destinar fondos en un proyecto país de largo plazo. Es interés de todo el agro que se avance en esta materia, es un tema en el cual tenemos que hacer esfuerzos y generar espacios participativos desde los productores, empresas químicas, universidades, exportadoras y de todas las personas que tienen relación en la cadena productiva de alimento.
Hasta el próximo post…!!
Lucas Ferrada Montero
Ingeniero Agrónomo
Asesor Nutrición Vegetal y Suelos
PORTAL REDGREEN
Recibe nuestros artículos en tu WhatsApp, registra nuestro numero +56 9 50501377 y envíanos un mensaje con tu nombre.
Únete a nuestros grupos CHILE AGRICOLA – Linkedin y/o CHILE AGRICOLA – Facebook